Viajar durante la pandemia es una experiencia muy lejana a lo que los viajeros estábamos acostumbrados. Actualmente, trasladarse de un sitio a otro supone muchísimas más complicaciones y trámites a los que usualmente nos enfrentábamos. Nosotros tuvimos la oportunidad de experimentar esta nueva forma de viaje en nuestra “cruzada del charco” de España a México, y queremos contarles nuestra experiencia en este artículo.

Antes de entrar en detalle, quiero aclarar que estoy consciente que muchos de nuestros lectores no aprueban la reactivación de los viajes por ocio en la situación actual. Sin embargo, nosotros consideramos que siempre y cuando se tomen todas las precauciones y seamos extremadamente responsables, podemos seguir conociendo aquellos rincones del mundo que nos hacen ilusión. Para nosotros, México tiene un significado especial y luego de una espera de más de cinco años para regresar, decidimos que era el momento. Así que les adelantamos que muy pronto tendrán muchos artículos de México para que organicen sus próximos viajes. Si tienen un viaje próximamente y tienen dudas sobre qué deben hacer en la situación actual, también les recomendamos el artículo sobre los Preparativos para viajar durante el COVID-19.

Luego de esta nota aclaratoria, les cuento nuestra travesía al viajar durante la pandemia.

Llegando a Madrid

Si son parte de nuestros lectores frecuentes, sabrán que en Andorra no hay aeropuerto, y es por esto que la mayoría de nuestras salidas internacionales las hacemos del aeropuerto de Barcelona o Toulouse. Sin embargo, en esta ocasión, salimos del aeropuerto de Madrid-Barajas, ya que teníamos algunos trámites pendientes en esta ciudad. Y ya de paso aprovechamos para conocer los imprescindibles que visitar en Salamanca y también las cosas que ver y hacer en Ávila en 1 día.

Fue aquí donde se presentaron nuestras primeras complicaciones para viajar durante la pandemia, ya que Madrid se encontraba en Estado de Alarma. Esto quiere decir que existen diferentes restricciones, específicamente en la movilidad. Estas restricciones aplicaban en su mayoría a los residentes de Madrid, por lo que en nuestro caso, que sólo estábamos “de paso”, no había nada que nos impidiera abordar nuestro vuelo. A pesar de esto tuvimos que calcular muy bien los tiempos de llegada, ya que no podíamos quedarnos en ningún alojamiento en Madrid, ni siquiera por una noche, si lo hacíamos nos considerarían como residentes y entonces no podríamos salir de la ciudad.

Saliendo de España: Madrid Barajas

Nuestro vuelo salía un jueves a las 6 am y nosotros llegamos al aeropuerto el miércoles a las 10:00 pm. Fue aquí donde descubrimos las primeras medidas del aeropuerto, donde solo te dejan entrar si tienes el vuelo ese mismo día. Así que tuvimos que esperar dos horas afuera del aeropuerto. Además, menos mal fuimos previsores al llevarnos un par de snacks porque todos los stands de comida estaban cerrados. Al momento de entrar al aeropuerto las medidas eran las comunes: mascarillas, toma de temperatura y gel antibacterial.

El aeropuerto sinceramente daba un poco de miedo, no había casi nadie y teníamos prácticamente una sala entera para nosotros. En las pantallas tampoco aparecían muchos vuelos, cuando normalmente están llenas, esta vez ni siquiera se llenaba una.

Luego de esperar toda la madrugada, finalmente pudimos facturar y entrar a las salas de abordaje. Si bien aquí se veía un poco más de movimiento, la mayoría de salas estaban vacías. Aquí dentro había mucha señalización de medidas de distanciamiento y también mucha información sobre el covid en las pantallas. Si bien hasta aquí iba todo bien, al momento de abordar las personas no respetaban la distancia de seguridad y los operadores del vuelo tampoco pedían a las personas que se distanciaran.

Una vez dentro del vuelo, lo único que se verificaba era utilizar mascarilla. No obstante, no se requería que estas fueran de ningún tipo específico por lo que habían muchas personas que llevaban mascarilla de tela. Las azafatas nos entregaron toallitas desinfectantes y el resto del vuelo transcurrió igual que antes de la pandemia, sin distanciamiento y con servicio de comida.

Llegando a París: Aéroport de Charles de Gaulle

Una vez llegamos a París, que era nuestra escala para el vuelo intercontinental, lo que más deficiente notamos fue de nuevo la distancia de seguridad. A pesar de que para desembarcar se pide a las personas hacerlo de manera ordenada y evitar aglomeraciones, presenciamos mucha irresponsabilidad por parte de los viajeros.

Al desembarcar en el aeropuerto de París, se notaba un ambiente muy distinto al de Madrid-Barajas. Muchos más vuelos y mucha más gente en el aeropuerto. Además, los servicios de comida también estaban abiertos. Una cosa muy curiosa que descubrimos aquí fue la forma de viajar de los asiáticos. Casi todas las personas asiáticas que estaban esperando abordar un vuelo llevaban un equipo de protección completo: traje EPI, mascarillas, protector de zapatos y gafas o pantallas protectoras. De hecho, en nuestro vuelo a México venían unas 20 personas con este tipo de protección . Nosotros creemos que era una brigada de sanitarios que iban a apoyar al país, pero esto son suposiciones.

Mientras esperábamos nuestro vuelo, tampoco observamos distancia de seguridad entre las personas del aeropuerto. Al momento de abordar fue más de lo mismo, los viajeros no respetaron ni siquiera un metro de distancia y los operarios de vuelo tampoco lo exigían. Sinceramente éramos muy pocos los que guardamos la distancia, algo que consideramos súper importante al viajar durante la pandemia. Finalmente, algo que si notamos fue que el abordaje era un poco más rápido de lo normal y que los vuelos salieron súper puntuales, además, era obligatorio llenar un formulario sanitario.

Vuelo de París a CDMX

El trayecto de París a la CDMX transcurrió de forma normal. La única diferencia era que todas las personas tenían mascarilla. Al igual que en el vuelo anterior, tampoco exigían un tipo específico de mascarillas, pero si que noté mas control por parte de los auxiliares de vuelo cuando alguien intentaba quitársela o utilizarla de forma incorrecta.

Nosotros pensamos que al viajar durante la pandemia, el vuelo no incluiría el servicio de comida, pero nos equivocamos. Lo que sí notamos es que era un servicio reducido. Es decir, normalmente en un vuelo de once horas proporcionan dos comidas y un snack; en cambio, en esta ocasión solamente fue una comida y un snack.

El vuelo estaba muy muy vacío en comparación con lo que nosotros estamos acostumbrados. Se puede decir que cada pasajero tenía una línea de tres totalmente libre. A pesar de esto no vi ninguna organización con el fin de dejar una línea de asientos de distancia entre pasajero y pasajero. Otra cosa curiosa es que habíamos investigado que se requería cambiar la mascarilla cada cuatro horas dentro del vuelo. Si bien nosotros lo acatamos, nadie corroboró que esto se hiciera. Por último, también exigían rellenar un formulario sanitario y de contacto en caso que resultara algún positivo en el vuelo, otro aspecto que consideramos importante al viajar durante la pandemia.

Lamentablemente al momento de desembarcar, y a pesar de las indicaciones de los auxiliares de vuelo, las personas seguían ignorando la distancia de seguridad. Yo creo que es quizás la parte más complicada al viajar durante la pandemia, ya que dependemos de la responsabilidad de los otros viajeros para evitar contagios.

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Llegando a la CDMX: Aeropuerto Internacional Benito Juarez

Al momento de llegar a la CDMX llevábamos casi 26 horas seguidas con la mascarilla puesta, solamente quintándonosla cuando nos tocaba cambiarla. Sinceramente, estábamos ya muy incómodos pero acatamos las indicaciones hasta el final. Yo creo que a pesar de la incomodidad, si se decide viajar durante la pandemia, seguir las recomendaciones sanitarias al pie de la letra es fundamental.

En el aeropuerto de la Ciudad de México también había muchísima señalización y estaciones de toma de temperatura. Sin embargo, seguía fallando lo mismo que les he contado antes, el control de la distancia de seguridad. Dentro del aeropuerto y específicamente en migración sí parecía haber un mejor control, pero una vez fuera, en la sala de espera, había demasiada gente esperando recibir a los viajeros.

En cuanto a las exigencias sanitarias de entrada, aparte del formulario sanitario, no nos exigieron requisitos de ningún tipo, no se hace cuarentena obligatoria ni se presenta una prueba. En este sentido, es responsabilidad de cada viajero evitar contactos una vez se llega al país.

Los traslados desde el aeropuerto a la ciudad nos parecieron iguales que antes de la pandemia. La única diferencia al abordar un taxi es que te exigen utilizar alcohol gel y mascarilla, y además te toman la temperatura antes de subirte al taxi. A partir de aquí la responsabilidad es completa de los viajeros.

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Esta fue nuestra experiencia cruzando el charco en los tiempos actuales. Sinceramente, hay que decir que viajar durante la pandemia es más complicado que antes. Sobretodo en cuanto a la comodidad a la que estamos acostumbrados en aeropuertos y vuelos. Además, dependiendo del país que visites los requisitos y trámites pueden ser muy complicados. Sin embargo, sabiendo lo anterior, sí es posible viajar durante la pandemia, pero siempre priorizando la salud, y sobre todo, siendo extremadamente cuidadosos y responsables. Los invito a suscribirse a nuestra newsletter para que estén al tanto de nuestros próximos artículos sobre México. De hecho, ya pueden leer nuestra ruta para visitar Ciudad de México en 1 día o, si tienen más días, nuestras recomendaciones para visitar a CDMX en 2 días.


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